1.4 LOS FACTORES FUNDAMENTALES DE LA EXISTENCIA
1. Lo que sigue es una exposición generalizada, por primera vez y en ropaje moderno, de los fundamentos de la doctrina secreta pitagórica. Pitágoras denominó a la visión del mundo hilozoísmo (materialismo espiritual). Toda materia tiene espíritu o conciencia. Todos los mundos son mundos espirituales, inferiores y superiores.
2.
Los problemas de la realidad proporcionan sólo los hechos más fundamentales que se necesitan para el entendimiento del significado y de la meta de la vida. Miles de hechos ya publicados son necesariamente dejados de lado para no recargar la presentación. Una explicación más detallada se da en
La piedra filosofal de Laurency.
3. En lo que respecta a la teoría del conocimiento, todo es sobre todo lo que parece ser, es decir, realidad material física, pero además de eso, siempre algo totalmente diferente e inmensamente más.
4. La existencia es una trinidad de tres aspectos equivalentes: materia, movimiento y conciencia. Ninguno de estos tres puede existir sin los otros dos. Toda materia está en movimiento y tiene conciencia.
5. La materia se compone de átomos primordiales que Pitágoras denominó mónadas, las partes más pequeñas posibles de la materia primordial y los puntos firmes más pequeños para la conciencia individual.
6. La causa original del movimiento es la energía dinámica de la materia primordial.
7. La conciencia en los átomos primordiales es desde el principio potencial (inconsciente), se despierta gradualmente en el proceso de manifestación, se convierte en conciencia pasiva actualizada, y posteriormente se vuelve cada vez más activa en los mundos cada vez más elevados de los reinos naturales cada vez más elevados.
8. Pitágoras se dio cuenta de que los griegos poseían las condiciones para comprender la realidad objetiva, para el método científico y el pensamiento sistemático. Cultivando el aspecto conciencia, como hacen los orientales, antes de haber puesto el fundamento para comprender la realidad material, da por resultado subjetivismo y una vida de imaginación desenfrenada. Es a Pitágoras a quien debemos la mayoría de nuestros conceptos de realidad fundamentales, que los analistas conceptuales de hoy se afanan en descartar, haciendo de este modo la concepción de la realidad definitivamente imposible. Pitágoras, con su doctrina de las mónadas, y Demócrito, con su teoría atómica exotérica, pueden ser considerados los dos primeros científicos en el sentido occidental de la palabra. Se dieron cuenta de que el aspecto materia es el fundamento necesario de un modo de ver científico. Sin este fundamento no existe exactitud al explorar la naturaleza de las cosas y sus relaciones. No hay límites controlables para la conciencia individual sino su tendencia es a perderse en el océano de la conciencia.
9. Lo siguiente rinde un informe en más detalles de los tres aspectos de la realidad, el desarrollo de la conciencia en los reinos naturales diferentes y la gran Ley, la suma total de todas las leyes de la naturaleza y de la vida. El conocimiento de los aspectos de la vida es una condición necesaria para el entendimiento de la evolución de los reinos naturales.
EL ASPECTO MATERIA
1.5 La materia primordial
1. La materia primordial, el caos de los griegos, es al mismo tiempo el espacio ilimitado.
2. En esta materia primordial sin manifestar, “más allá del espacio y del tiempo”, existe un ilimitado número de cosmos en todas las etapas de ser construidos o desmantelados.
1.6 El cosmos
1. Un cosmos es un globo en la materia primordial. Sus dimensiones originales son pequeñas, pero al serle suministrados átomos primordiales del almacén inagotable de la materia primordial, crece de manera incesante hasta que ha alcanzado el tamaño requerido. Por lo tanto, la materia es “el espacio”.
2. Un cosmos plenamente construido, como el nuestro, consiste en una serie continua de mundos materiales de diferentes grados de densidad, los superiores penetrando todos los inferiores. El mundo supremo de este modo penetra a todo en el cosmos.
3. Los mundos se construyen a partir del mundo supremo, cada mundo superior proveyendo material para el siguiente mundo inferior que se forma en y a partir de los superiores.
4. Existen siete series de siete mundos cósmicos materiales, haciendo 49 en total (1–7, 8–14, 15–21, 22–28, 29–35, 36–42, 43–49), según la división constante en siete departamentos. Estos mundos atómicos ocupan el mismo espacio en el cosmos. Todos los mundos superiores abarcan y penetran a los inferiores.
5. Existe una explicación muy simple para los números tres y siete que los llamados expertos rechazan con el ridículo usual. Tres es debido a los tres aspectos (¡trinidad!) de la existencia y siete debido a que es el mayor número de maneras diferentes en que tres pueden ser combinados en sucesión. También la burla a la “numerología pitagórica” será algo del pasado cuando los hombres sepan más.
6. La numeración de los mundos es desde el mundo supremo al inferior, mostrando que están formados desde los mundos superiores hacia abajo. Es este un modo fácil de ver cuántos mundos superiores permanecen por ser alcanzados cualquiera que sea el mundo inferior en que se encuentre el individuo.
7. Todos los 49 mundos difieren uno del otro en cuanto a dimensión, duración, composición material, movimiento y conciencia; debido a diferencias en densidad de los átomos primordiales.
8. Los siete mundos inferiores (43–49) contienen billones de sistemas solares. El mundo inferior (49) es el mundo físico.
9. Nuestro cosmos es una organización perfecta.
1.7 La materia atómica
1. El cosmos consiste en átomos primordiales (llamados mónadas por Pitágoras) que se componen entre sí para formar 48 clases de átomos, cada una sucesivamente más grosera que las previas, en siete series continuadas de siete clases atómicas cada una. Estas clases atómicas constituyen los 49 mundos atómicos.
2. Cada clase atómica inferior se forma a partir de la siguiente superior (2 de 1, 3 de 2, 4 de 3, etc.) La clase atómica inferior (49) contiene pues todas las 48 clases superiores. Cuando una clase atómica se disuelve, se obtiene la siguiente clase superior; del átomo físico se obtienen 49 átomos de la clase atómica 48.
3. Toda materia (clases atómicas, clases moleculares, agregados, mundos, etc.) es formada y disuelta. Sólo los átomos primordiales son eternos e indestructibles. El proceso de composición para hacer clases inferiores de materia se denomina “envolvimiento” y el proceso correspondiente de disolución, “desenvolvimiento”. A más inferior la clase de materia, más envueltos son los átomos primordiales.
4. La materia atómica es dinámica por naturaleza.
1.8 Espacio y tiempo
1. El espacio, no siendo espacio en el sentido absoluto, es la materia primordial ilimitada.
2. En el sentido cósmico, el espacio es siempre un globo. El cosmos es un globo. Los sistemas solares son globos. Los planetas son globos. Los mundos en los planetas son globos. Los mundos atómicos cósmicos ocupan el mismo “espacio” que el mundo físico, existen en todas partes en el globo cósmico. Los mundos moleculares planetarios tienen diferentes radios comenzando desde el centro del planeta. Los mundos superiores penetran a los inferiores. “Superior” e “inferior” no han de ser tomados en el sentido espacial al referirse a los mundos atómicos; al referirse a los mundos moleculares “exterior” e “interior” son más exactos.
3. La forma globular de los mundos moleculares se debe a que las diferentes clases de materia se agrupan a sí mismas de acuerdo con sus densidades concéntricamente alrededor de un centro de fuerza original.
4. Cada clase atómica tiene su propia dimensión. Existen por lo tanto 49 dimensiones en el cosmos. En el sentido cósmico, dimensión significa clase de espacio. La materia física tiene una dimensión (la línea y el área no se cuentan), la clase suprema de materia tiene 49. Con la dimensión número 49, el cosmos se convierte en un punto para la conciencia atómica primordial.
5. Tiempo significa simplemente continuación, existencia continuada. El tiempo es maneras diversas de medir el movimiento, los procesos diversos de manifestación. El tiempo físico es determinado por la rotación de la tierra y su revolución alrededor del sol.
1.9 Sistemas solares
1. Los globos de los sistemas solares son copias del cosmos en dimensiones inmensamente reducidas a escala con todas las limitaciones que ello implica, particularmente en la que se refiere a la conciencia.
2. Millones de sistemas solares no han alcanzado aún la clase molecular física gaseosa. Millones han desmantelado su mundo físico definitivamente. Millones de otros están en pralaya, con sus soles disueltos, esperando a un nuevo “día de Brahma” en el que han de encenderse nuevos soles. Los soles son transformadores que convierten materia atómica en materia molecular. Lo que vemos es sólo una envoltura externa física gaseosa.
3. Los sistemas solares tienen siete mundos compuestos de las siete materias atómicas inferiores (43–49). El mundo supremo de los sistemas solares se forma a partir de la clase atómica 43; su mundo ínfimo (el físico) a partir de la 49. Estos siete mundos han recibido nombres diferentes en las órdenes de conocimiento diferentes. La mayoría de estos nombres son viejos, y debido a su mal uso por la ignorancia son difusos, ambiguos, carecen de sentido, y por ello son inutilizables. Es el momento de adoptar una nomenclatura acordada internacionalmente, y en este caso la matemática es por supuesto la única adecuada y la más exacta. Será utilizada de manera consistente en este libro. Para hacer las comparaciones más fáciles para los interesados, sin embargo, se darán los términos sánscritos usados en la India y los usados por Henry T. Laurency en La piedra filosofal.
4. Los siete mundos sistémicos solares se denominan en sánscrito:
43 satya
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43 adi, o mahaparanirvana
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44 tapas
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44 anupadaka, o paranirvana
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45 jana
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45 nirvana, o atma
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46 mahar prajapatya
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46 buddhi
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47 mahendra
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47 manas
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48 antariksha
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48 kama
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49 bhu
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49 sthula
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5. En Laurency se les dieron las siguientes denominaciones occidentales:
43 el mundo manifestal
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44 el mundo submanifestal
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45 el mundo supraesencial
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46 el mundo esencial
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47 el mundo causal-mental
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48 el mundo emocional
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49 el mundo físico
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1.10 La materia molecular
1. Las moléculas se componen de átomos. A más inferior la clase molecular, más átomos entran en la molécula.
2. Los átomos se componen de átomos primordiales. A más inferior la clase atómica, más átomos primordiales entran en el átomo.
3. Estas definiciones son las únicas esotéricamente sostenibles.
4. La materia de los sistemas solares se denomina materia molecular a diferencia de la materia atómica, que es cósmica. Dentro de los sistemas solares las siete clases atómicas inferiores son transformadas en clases moleculares.
5. Cada clase atómica proporciona material para seis clases moleculares cada vez más compuestas, estando formada cada clase inferior a partir de la siguiente superior. Las siete clases atómicas por tanto constituyen 42 clases moleculares y son estas las que constituyen el sistema solar. Las 49 clases atómicas existen en todos los mundos, ocupan el mismo espacio.
6. Las seis clases moleculares en cada mundo sistémico solar han recibido nombres análogos y designaciones matemáticas análogas:
(1 atómica)
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2 subatómica
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3 supraetérica
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4 etérica
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5 gaseosa
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6 líquida
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7 sólida
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7. El número de cada clase molecular se pone después del que designa la clase atómica. Por ello la clase molecular física gaseosa se escribe 49:5.
8. El llamado átomo químico de la ciencia es una molécula física etérica (49:4). Esta clase molecular, como todas las demás clases moleculares, contiene 49 capas diferentes de materia. Para llegar al átomo físico real (49:1), los físicos nucleares tienen que penetrar 147 capas de materia, cada una en sucesión más elevada que la otra. Ninguna ciencia física conseguirá eso.
9. Debería mencionarse a este respecto que los “elementos” de los antiguos (de los que los químicos se ríen), a saber, tierra, agua, aire, fuego y quintaesencia, fueron los términos que dieron a las cinco clases moleculares o estados de agregación inferiores.
1.11 Los planetas
1. Los tres mundos superiores del sistema solar (43–45) son comunes a todos los que en el sistema solar hayan adquirido conciencia objetiva en las clases de materia pertenecientes. Estos son individuos que han dejado el reino humano o cuarto reino natural y han pasado a reinos superiores.
2. Los cuatro mundos sistémicos solares inferiores (46–49) son también llamados mundos planetarios. Al discutirlos nos aproximamos a los mundos del hombre, que el hombre ha de aprender a comprender si no ha de seguir siendo ignorante de su propia existencia dejando aparte la existencia en general. Si no sabe nada sobre sus mundos, sigue siendo la víctima indefensa de todas las idiologías, ilusiones y ficciones de la ignorancia en los dominios de la religión, la filosofía y la ciencia. Sin este conocimiento es incapaz de pensar de acuerdo con la realidad.
3. Para facilitar el desarrollo de la conciencia de las mónadas en estos mundos inferiores, los tres mundos atómicos inferiores (47–49) se han dividido en cinco mundos moleculares particulares. El mundo 47 se divide en el mundo mental superior (o casual, 47:2,3) y el inferior (47:4-7). El mundo 49 se divide en el mundo físico etérico (49:2-4) y el mundo visible al hombre (49:5-7) con sus tres estados de agregación (sólido, líquido y gaseoso).
4. El desarrollo de la conciencia en los cuatro reinos naturales inferiores procede en estos cinco mundos moleculares.
5. El mundo visible (49:5-7) puede denominarse el mundo especial de los minerales, el mundo físico etérico (49:2-4) el de las plantas, el mundo emocional (48) el de los animales y el mundo mental (47:4-7) el mundo especial del hombre con respecto a la conciencia. El mundo mental superior, o mundo causal (47:1-3), el mundo de las ideas platónicas, es la meta del hombre en el reino humano. Algunos dividen el mundo mental en tres: el mundo causal (47:1-3), el mundo mental superior (47:4-5) y el mundo mental inferior (47:6,7). Esto se discutirá más a fondo en el capítulo sobre el aspecto conciencia.
1.12 Las mónadas
1. Las mónadas son el único contenido del cosmos. La mónada es la parte más pequeña posible de la materia primordial y el más pequeño punto firme posible para la conciencia individual. Si es que debiéramos intentar imaginar la mónada, quizá la imagen más cercana a ella a la que llegaríamos, sería como un punto de fuerza.
2. Todas las formas de materia que existen en el cosmos se componen de mónadas en etapas diferentes de desarrollo. Todas esas composiciones de mónadas están siendo formadas, cambiadas, disueltas y formadas de nuevo en variaciones innumerables, pero el aspecto materia de la mónada permanece eternamente el mismo.
1.13 Las envolturas de la mónada
1. El desarrollo de la conciencia de las mónadas continúa en y a través de envolturas. La mónada alcanza reinos naturales cada vez más elevados mediante la adquisición de conciencia en sus envolturas y en las clases moleculares cada vez más altas de éstas.
2. Todas las formas de la naturaleza son envolturas. En cada átomo, molécula, organismo, mundo, planeta, sistema solar, etc., hay una mónada en una etapa de desarrollo superior a las otras mónadas en esa forma de la naturaleza. Todas las formas que no sean organismos, son envolturas agregadas, moléculas de las clases de materia de los mundos respectivos mantenidas juntas electromagnéticamente.
3. En nuestro sistema solar hay organismos solamente en nuestro planeta. En los otros planetas incluso la envoltura más baja (49:5-7) es una envoltura agregada.
1.14 Las cinco envolturas del hombre
1. El hombre, cuando está encarnado en el mundo físico, tiene cinco envolturas:
un organismo en el mundo visible
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(49:5-7)
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una envoltura de materia etérica física
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(49:2-4)
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una envoltura de materia emocional
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(48:2-7)
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una envoltura de materia mental
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(47:4-7)
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una envoltura de materia causal
|
(47:1-3)
|
2. De estas, las cuatro inferiores son renovadas en cada nueva encarnación y son disueltas por orden al final de la encarnación. La envoltura causal es la única envoltura permanente del hombre. Fue adquirida cuando la mónada pasó del reino animal al reino humano. Esta envoltura causal es el “verdadero” hombre y encarna junto con la mónada humana a la que siempre incluye.
3. Los números entre paréntesis indican las clases moleculares existentes en las envolturas diferentes, en lo que las envolturas superiores abarcan y penetran todas las inferiores.
4. Las cuatro envolturas agregadas tienen forma oval y se extienden entre 30 y 45 cm más allá del organismo, conformando la llamada aura. Aproximadamente el 99 por ciento de la materia de estas envolturas es atraída al organismo, de modo que las envolturas agregadas forman copias completas del organismo.
5. Cada una de estas envolturas tiene su función especial. Sin una envoltura física etérica, al individuo le faltarían percepciones sensoriales; sin una envoltura emocional, al individuo le faltarían sentimientos y sin una envoltura mental, al individuo le faltaría la capacidad de pensar. La presencia de estas envolturas en el organismo humano permite que los órganos diferentes pertenecientes cumplan sus tareas mientras puedan funcionar. Debería enfatizarse aquí que cada célula del organismo, cada molécula en la célula, contiene átomos físicos, los cuales contienen átomos de las 48 clases superiores.
6. Todas las envolturas superiores, como el organismo, tienen sus órganos especiales (hechos de átomos), que son los asientos de las clases diferentes de funciones de conciencia y de movimiento. Estos órganos atómicos en las envolturas etérica, emocional, mental y causal están en contacto los unos con los otros.
7. Dado que el hombre tiende siempre a identificar su yo (su mónada, el yo último) con la envoltura en la que se encuentra en ese momento, se considera a sí mismo en el mundo físico como un yo físico, en el mundo emocional como un yo emocional, en el mundo mental como un yo mental y en el mundo causal como un yo causal, sin ver que él es una mónada, un yo último.
8. Es inevitable en la etapa de la ignorancia que subjetivamente, cuando está emocionalmente activo, considere sus sentimientos como su ser, o, como hombre intelectual, considere sus pensamientos como su ser verdadero. Siempre cree ser eso con lo que se identifica a sí mismo en ese momento.
9. El yo sabe solamente lo que ha experimentado por sí mismo, elaborado y realizado, lo que existe en sus envolturas, lo que ha sido capaz de aprender en sus mundos.
EL ASPECTO CONCIENCIA
1.15 La conciencia de la mónada
1. La conciencia de la mónada puede ser potencial, actualizada, pasiva, activada, autoactiva, latente, subjetiva, objetiva.
2. La conciencia potencial de la mónada es despertada a la vida (es actualizada) en el cosmos. Una vez actualizada, la conciencia es al principio pasiva, después se activa en el proceso de evolución hasta que se va volviendo progresivamente más activa en los reinos vegetal y animal, volviéndose autoactiva en el reino humano y a partir de aquí adquiriendo conciencia de sí misma como su propio yo.
3. Por “mónada” se entiende al individuo como un átomo primordial y por “yo” el aspecto conciencia del individuo.
4. El término “yo” también se aplica a aquellas envolturas en las que la mónada ha adquirido autoconciencia, con las que el yo se identifica, en ese momento considerándolas como su yo verdadero. El yo es el centro de todas las autopercepciones. La atención indica la presencia del yo.
1.16 Clases diferentes de conciencia
1. Uno debe distinguir entre autoconciencia (conciencia individual, autoconciencia en las envolturas), conciencia colectiva y la conciencia del yo último. (Técnicamente se puede distinguir conciencia cósmica, sistémica solar y planetaria).
2. Dado que los componentes últimos del universo son los átomos primordiales, la conciencia total cósmica es una amalgama de la conciencia de todos los átomos primordiales, igual que el océano es la unión de todas las gotas de agua (la analogía más cercana posible).
3. El conocimiento más importante es que toda conciencia es al mismo tiempo conciencia colectiva. Esto es así porque no hay aislamiento personal, aunque solamente quienes han adquirido conciencia esencial (46) pueden vivir en la conciencia colectiva.
4. Hay clases innumerables de conciencia colectiva: atómica, molecular, de agregados, mundial, planetaria, sistémica solar y, después de estas, clases diferentes de conciencia cósmica. Cuanto más alto es el reino alcanzado por la mónada, más es abarcado por esta conciencia colectiva en la cual el yo, con su autoconciencia preservada, experimenta otros yoes como su propio yo mayor.
5, O, para decirlo de modo diferente, toda conciencia en todo el cosmos constituye una unidad común, inevitable, indivisible, en la cual cada individuo tiene una parte mayor o menor, dependiendo del nivel de desarrollo que ha alcanzado.
6. Como una clase de materia superior penetra las clases inferiores, así una clase superior de conciencia capta las conciencias inferiores. Por otro lado, una clase inferior no puede captar clases superiores, que siempre parecen inexistentes.
7. La capacidad de la conciencia aumenta con cada clase atómica superior en una serie progresiva de productos en los cuales hay cuadrados (así, 2 × 2 = 4, 4 × 4 = 16, 16 × 16 = 256, 256 × 256, etc.).
8. Cuando la mónada ha alcanzado el reino divino supremo y a partir de aquí ha adquirido conciencia colectiva cósmica plena, ya no necesita envolturas en las cuales desarrollar la conciencia. Entonces, por primera vez, se conocerá a sí misma como el yo último que siempre ha sido. Hasta ese momento, se ha identificado con una u otra de sus envolturas. No debe maravillarnos entonces que los ignorantes buscan en vano a sus yoes y muchos de ellos de hecho niegan que haya tal cosa.
9. Todas las formas en el cosmos entero, también aquellas en los reinos divinos más elevados, son solamente envolturas para los átomos primordiales, los yoes. Aquellas formas que llamamos “alma”, “espíritu”, “dios”, etc., son las envolturas que el yo usa en sus etapas diferentes de desarrollo.
10. Las clases diferentes de conciencia también incluyen conciencia subjetiva y objetiva, autoconciencia en las diferentes envolturas del individuo, supraconciencia y subconciencia, la memoria y las experiencias del individuo de las manifestaciones de la voluntad.
1.17 Conciencia subjetiva y objetiva
1. La conciencia es subjetiva. Las percepciones sensoriales, los sentimientos y los pensamientos son subjetivos. Todo lo que la conciencia capta fuera de sí misma es material y, por lo tanto, objetivo.
2. El sentido es conciencia objetiva, la captación por la conciencia de la realidad material objetiva en todos los mundos. Conciencia objetiva es captación (subjetiva) de un objeto material. Hay que distinguir entre sentido físico, emocional, mental, causal, etc.
3. La razón es la facultad de imaginación, abstracción, concepción, reflexión, deducción, juicio, etc. La razón es el instrumento para la elaboración del contenido del sentido. La razón puede percibir subjetivamente vibraciones (“presentimientos”, etc.) mucho antes de que el sentido pueda referirlas a la realidad material. Pero no es hasta que el sentido haya empezado a funcionar, que podemos hablar de conocimiento.
4. En la etapa actual de desarrollo del género humano, la mayoría de los hombres puede ser objetivamente consciente en sus organismos solamente en los tres estados más bajos de agregación (49:5-7). A la conciencia objetiva de formas materiales en clases moleculares superiores se le ha dado el vago término de “clarividencia”.
5. Todo lo subjetivo tiene su correspondencia objetiva. Cada sentimiento corresponde a la conciencia en una molécula emocional, cada pensamiento a una molécula mental, cada intuición a una molécula causal, etc. La clase de materia indica la clase de conciencia.
1.18 Conciencia física
1. La conciencia física es la clase más baja de conciencia, igual que la materia física es la clase más baja de materia y la energía física es la clase más baja de fuerza.
2. Hay seis clases principales de conciencia física (excluyendo la conciencia atómica física), que corresponden a las experiencias subjetivas y objetivas en las seis clases moleculares físicas.
3. Lo mismo es verdad para todos los mundos superiores.
4. La conciencia física del hombre es no sólo las clases diferentes de percepciones sensoriales del organismo, sino también la captación por la envoltura etérica de vibraciones en las tres clases moleculares físicas superiores (49:2-4), captación que para la mayoría es sólo subjetiva.
1.19 Conciencia emocional
1. La conciencia emocional del hombre es la conciencia de su mónada en su envoltura emocional.
2. En la etapa de desarrollo actual del género humano, la conciencia emocional de la mayoría de los hombres durante la encarnación física está limitada a experiencias meramente subjetivas de las vibraciones en la envoltura emocional.
3. La conciencia emocional es por naturaleza exclusivamente deseo, o lo que el individuo en la etapa emocional percibe como voluntad dinámica. En la etapa de barbarie, antes de que la conciencia del individuo en su envoltura mental se haya activado, el deseo se manifiesta como impulsos más o menos incontrolados. Cuando la envoltura mental, influenciada por las vibraciones de la envoltura emocional, es atraída hacia y entretejida con la envoltura emocional, la conciencia mental es despertada a la vida, y el deseo y el pensamiento se fusionan. Si entonces predomina el deseo, sobreviene el sentimiento, que es deseo coloreado con pensamiento. Si predomina el pensamiento, sobreviene la imaginación, que es pensamiento coloreado con deseo.
4. La vida emocional del hombre es en general la vida de las ilusiones emocionales. Es víctima de las ilusiones del deseo, de las ilusiones del pensamiento emocional. El individuo queda completamente libre de las ilusiones solamente cuando ha adquirido conciencia causal.
5. Las vibraciones de las tres clases moleculares emocionales inferiores (48:5-7) son en general repulsivas; las de las tres clases superiores, atractivas. Los sentimientos nobles son expresiones de la atracción.
1.20 Conciencia mental-causal
1. La conciencia mental-causal del hombre es la capacidad autoadquirida de conciencia de su mónada, tanto en su envoltura mental (47:4-7) como en su envoltura causal (47:1-3).
2. Hay cuatro clases de conciencia de la envoltura mental, correspondientes a la capacidad de captar las vibraciones en las cuatro clases moleculares mentales inferiores (47:4-7).
3. La mayor parte del género humano ha desarrollado (activado) solamente la clase más baja (47:7): el pensamiento discursivo deductivo desde el principio de razón a la consecuencia.
4. La segunda clase desde abajo (47:6), el pensamiento en base a principios, pensamiento característico de la filosofía y la ciencia, continúa siendo la clase de pensamiento más elevada para todos excepto para la élite muy escasa.
5. La tercera clase desde abajo (47:5), el pensamiento de élite, es —en oposición al pensamiento en base a principios que en su mayor parte absolutiza— tanto pensamiento consistente relativizador y porcentualizador como pensamiento en perspectiva y pensamiento sistémico.
6. La clase más elevada de conciencia en la envoltura mental (47:4) continúa siendo inaccesible al género humano. Sus manifestaciones consisten en, entre otras cosas, concretización de las ideas causales implicando el pensamiento simultáneo por sistemas en lugar de conceptos.
7. El contenido incluso del pensamiento de élite es en su mayor parte formado por ficciones (concepciones sin correspondencias reales), debido a la falta de hechos sobre la existencia. Sólo los hechos del esoterismo hacen posible pensar de acuerdo con la realidad.
8. La conciencia causal (47:1-3) es posible sólo para quienes se han desarrollado tan por delante del resto del género humano que pueden prepararse con determinación para su transición al siguiente reino superior. Han adquirido la capacidad de tratarse con todos en el mundo causal, el lugar de encuentro de los individuos que pertenecen al cuarto y al quinto reinos naturales.
9. La conciencia causal es subjetivamente intuición, la experiencia de las ideas causales, y hace posible estudiar objetivamente los mundos físico, emocional y mental, y hace posible la omnisciencia en estos mundos.
10. Para la conciencia causal no hay, en lo que respecta al planeta (los mundos del hombre: 47–49), ni distancia ni tiempo pasado. El yo causal es capaz de estudiar todas sus vidas previas como hombre, es capaz de adquirir de modo independiente y rápido los hechos requeridos para comprender todas las realidades en los mundos del hombre, logrando más en una hora (en 47:1) que lo que el más eficiente pensador mental podría llevar a cabo en cien años. Las ficciones están excluidas.
1.21 Clases superiores de conciencia
1. El siguiente resumen de las clases diferentes de conciencia dentro del sistema solar quizá ayudará a facilitar el entendimiento de qué clases de materia cada más elevadas, envolturas materiales, mundos materiales, corresponden a clases de conciencia cada vez más elevadas.
49
|
conciencia física (incluyendo la etérica)
|
48
|
conciencia emocional
|
47
|
conciencia mental
|
46
|
conciencia esencial
|
45
|
conciencia supraesencial
|
44
|
conciencia submanifestal
|
43
|
conciencia manifestal
|
2. Debería ser evidente a partir de los términos usados para las clases de conciencia cada vez más elevadas que todas, excepto las tres más bajas (47–49), son incomprensibles para el género humano en su etapa actual de desarrollo.
3. El término “yo” aplicado a un individuo indica el mundo más elevado en el cual ha adquirido autoconciencia subjetiva y objetiva plena y capacidad de actividad; por ejemplo, aquel yo que ha adquirido conciencia causal es llamado un yo causal, aquel yo que ha adquirido conciencia esencial un yo 45, un yo submanifestal un yo 44, un yo manifestal un yo 43.
4. Para el uso internacional, el término “yo” podría, para mayor facilidad, ser reemplazado por “mónada”, así mónada 43, mónada 44, mónada 45, etc.
1.22 El inconsciente del yo
1. La conciencia del hombre está dividida en conciencia de vigilia, subconsciente y supraconsciente.
2. El contenido de la conciencia de vigilia del hombre, cuando está en su organismo, está hecho de percepciones sensoriales, sentimientos, pensamientos y expresiones de la voluntad.
3. El subconsciente de la mónada contiene, en estado latente, todas las percepciones de la mónada y todas las experiencias elaboradas desde que la conciencia de la mónada fue despertada a la vida. Cada encarnación deposita, por así decirlo, su propia capa de conciencia. Todo esto está preservado como rudimentos de cualidades y capacidades, generalmente manifestándose como posibilidad de entendimiento. Para que estos rudimentos se actualicen, se requiere que sean desarrollados en cada nueva encarnación, un proceso que es sin embargo progresivamente más fácil.
4. Pertenecen al supraconsciente todos los dominios de conciencia aún no autoactivados en las clases moleculares de las envolturas diferentes del individuo. El desarrollo consiste en autoactivar la conciencia y, al hacerlo, adquirir autoconciencia en esas clases moleculares.
5. El hombre está recibiendo constantemente impulsos de su subconciencia, menos frecuentemente inspiraciones a través de su supraconciencia.
6. La conciencia de vigilia es así una fracción diminuta de la posibilidad de conciencia de la mónada.
7. Todas las envolturas del individuo están siendo penetradas cada segundo por vibraciones innumerables desde fuera (la envoltura emocional por sentimientos del entorno, la envoltura mental por vibraciones mentales globales). Muy, muy pocos de estos son captados por la conciencia de vigilia.
1.23 Las memorias del individuo
1. Cada envoltura del individuo tiene su conciencia, su memoria: la conciencia colectiva subconsciente de las moléculas diferentes. Estas memorias se disuelven con las envolturas. La envoltura permanente en el reino humano, la causal, retiene la memoria de todo lo que ha experimentado desde su formación.
2. El recuerdo de nuevo es la capacidad de resucitar las vibraciones recibidas o emitidas por las envolturas.
3. Las expresiones de conciencia activan la materia de las envolturas. Vibraciones constantes (hábitos, tendencias, etc.) retienen “átomos permanentes” (en sánscrito: skandhas). Cuando se disuelven las envolturas entran en la envoltura causal y la acompañan en la reencarnación, constituyendo el fondo latente de experiencias (predisposiciones, talentos, etc.).
4. La memoria del átomo primordial es indestructible aunque latente. Para el recuerdo de nuevo es necesario renovar el contacto con realidad previamente experimentada. Los yoes causales y superiores son capaces de hacer esto en las memorias de globo planetarias y cósmicas.
EL ASPECTO MOVIMIENTO
1.24 Definición del movimiento
1. Al aspecto movimiento pertenecen todos los sucesos, todos los procesos de la naturaleza y de la vida, todos los cambios. Todo está en movimiento y todo lo que se mueve es materia.
2. Desde siempre se le ha dado al movimiento diferentes términos: fuerza, energía, actividad, vibración, etc. Como movimiento también tendríamos que considerar: el sonido, la luz y el color.
3. En el hilozoísmo se distinguen tres causas principales de movimiento, cada una específicamente diferente: dynamis, energía material, voluntad.
1.25 Dynamis
1. La causa original del movimiento, la fuente de toda fuerza, la sola fuerza primordial, la energía total del universo, es la energía dinámica de la materia primordial, a la cual Pitágoras llamó dynamis. Es eternamente activa, inagotable, inconsciente, la omnipotencia absoluta.
2. Dynamis actúa en cada átomo primordial y solamente en los átomos primordiales, los cuales penetran toda materia.
3. Dynamis es la causa fundamental del movimiento perpetuo del universo.
1.26 Energía material
1. En el sentido científico de la palabra, energía es materia en movimiento. Todas las clases superiores de materia (clases atómicas, clases moleculares) son energía en relación a todas las clases inferiores.
2. La materia no se disuelve en energía, sino en materia superior.
3. Cuando la materia cesa de moverse, su cualidad de ser energía cesa.
4. Todas las fuerzas de la naturaleza son materia. Hay más de 2400 clases diferentes de fuerzas de la naturaleza dentro del sistema solar. Cada clase molecular contiene 49 capas diferentes de materia, todas las cuales pueden actuar como energía.
1.27 El movimiento cósmico
1. El movimiento cósmico (en las 49 clases atómicas) es el resultado de una corriente constante de átomos primordiales (materia primaria) fluyendo hacia abajo desde el mundo atómico supremo a través de los átomos de todos los mundos hasta el mundo ínfimo, volviendo después al mundo supremo para empezar su circulación de nuevo, y esto continúa mientras sea necesaria la existencia de los mundos inferiores. Hay dos géneros de átomos: negativos y positivos. En los átomos negativos (receptivos), la energía material fluye desde una clase atómica superior a una inferior; en los átomos positivos (propulsivos), desde una inferior a una superior. Esta corriente es la fuerza que mantiene los átomos, moléculas, agregados materiales, en sus formas dadas. Como resultado, todos los átomos en todos los mundos, y en consecuencia todas las moléculas y todos los agregados, irradian energía material y al hacerlo el agregado, siempre de alguna manera, comunica algo de su carácter individual. Así, cada agregado emite energía especializada.
2. Las vibraciones son el resultado de clases superiores de materia penetrando a clases inferiores. Este hecho ha dado lugar a la idea de que todo consiste en vibraciones.
1.28 La voluntad
1. La voluntad es la acción de dynamis a través de la conciencia activa. La conciencia activa es, por lo tanto, la capacidad de la conciencia de dejar que dynamis actúe a través de ella. La “voluntad” es el modo individualizado de actuar de la energía a través de la conciencia. En eso, lo esencial para mundos cada vez más elevados es que el contenido de la conciencia posea acuerdo con la ley, acuerdo con el plan, finalidad, determinación.
2. El axioma esotérico, “la energía sigue al pensamiento”, indica que las expresiones de la conciencia activa inducen a la materia a actuar como energía.
3. La magia es el conocimiento del método de usar energía material mental para influenciar energías materiales etéricas físicas para producir cambios en las clases moleculares visibles. Este método permanecerá siendo esotérico, ya que el género humano es demasiado ignorante y demasiado egoísta para que se le pueda confiar este poder tremendo. Ya que que todo poder es abusado (en los mejores casos, debido solamente a la ignorancia) el género humano debe estar contento de ser ignorante de todas las fuerzas de la naturaleza excepto aquellas que ha logrado descubrir por sí mismo. Este conocimiento es confiado sólo a quienes no pueden abusar del poder en lo más mínimo.
4. La activación de la conciencia en los tres reinos naturales más bajos es un proceso inconsciente y automático que en el reino humano gradualmente se hace consciente. En reinos superiores, es el resultado de la actividad de la conciencia autoiniciada.
5. La voluntad del hombre es en la etapa emocional deseo; en la etapa mental, el motivo racional. La definición filosófica original de voluntad fue “la relación entre conciencia y un propósito”.
1.29 Clases diferentes de energía y voluntad
1. Por analogía con los aspectos materia y conciencia, hay también siete clases de movimiento, que son:
49
|
energías físicas
|
48
|
energías emocionales
|
47
|
energías mentales-causales
|
46
|
energías esenciales
|
45
|
energías supraesenciales
|
44
|
energías submanifestales
|
43
|
energías manifestales
|
2. Si uno lo desea, la palabra “energía” puede ser sustituida por “voluntad”. Las clases diferentes de voluntad son adquiridas simultáneamente con autoconciencia subjetiva y objetiva plena en los mundos respectivos, o con la capacidad del yo de centrarse en las envolturas pertenecientes.
3. Las energías que se manifiestan son los efectos de las clases moleculares superiores siguientes sobre las clases inferiores siguientes en cada mundo. Las energías atómicas actúan de un mundo a otro a través de las clases atómicas.
1.30 EL SIGNIFICADO Y LA META DE LA EXISTENCIA
1. El significado de la existencia (un problema sin solución para los teólogos, filósofos y científicos) es el desarrollo de la conciencia de los átomos primordiales, despertar a la conciencia a los átomos primordiales, que han sido inconscientes en la materia primordial, y enseguida enseñarles, en reinos cada vez más elevados, a adquirir conciencia de la vida, entendimiento de la vida en todas sus relaciones.
2. La meta de la existencia es la omnisciencia y la omnipotencia de todos en todo el cosmos.
3. El proceso implica desarrollo: respecto al conocimiento desde la ignorancia a la omnisciencia, respecto a la voluntad desde la impotencia a la omnipotencia, respecto a la libertad desde la esclavitud a aquel poder que proporciona la aplicación de las leyes, respecto a la vida desde el aislamiento a la unidad con toda vida.
4. El yo se desarrolla en, y a través de las envolturas, desde la envoltura física etérica más baja hasta un mundo cósmico. Constantemente adquiere envolturas nuevas en un mundo tras otro. Paso a paso adquiere autoconciencia en las clases moleculares cada vez más elevadas de su envoltura, aprendiendo a activar la conciencia en ellas. Al hacerlo finalmente se convierte en maestro de su envoltura. Hasta entonces, está desorientado en el caos de la conciencia de esta envoltura, y es víctima de las vibraciones del exterior.
5. Los términos antiguos —que la ignorancia siempre malinterpretaba— “alma”, “espíritu”, “dios”, etc., se referían a las envolturas del yo en mundos superiores. Por “alma” querían decir la envoltura causal permanente del hombre (envoltura 47), por “espíritu” su futura envoltura 45, por “dios” la envoltura 43.
6. Conciencia atómica es conciencia mundial. En calidad de copropietario de una conciencia colectiva, el individuo es como una célula en un organismo. El organismo es una envoltura de un individuo en un reino superior. Cuando en la conciencia colectiva de su mundo el individuo se haya desarrollado tanto que pueda apoderarse de este mundo material como una envoltura propia, será un “dios” de este mundo.
7. Conciencia atómica, conciencia mundial, omnisciencia (en ese mundo), no significan que el individuo sepa todo sobre todas las cosas que son o que suceden. Pero es posible para él encontrar más o menos rápidamente todo lo que desea saber, independientemente del espacio y del tiempo pasado en un mundo determinado, constatar todas las relaciones en los tres aspectos (materia, movimiento y conciencia) de ese mundo.
1.31 El “renacimiento” de todo
1. Todas las formas materiales (átomos, moléculas, agregados, mundos, planetas, sistemas solares, agregados de sistemas solares, etc.) están sujetas a la ley de transformación. Están siendo formadas, cambiadas, disueltas y formadas de nuevo. Esto es inevitable, dado que, a la larga, ninguna forma material tolera el desgaste de las energías materiales cósmicas.
2. Aquellos átomos primordiales que forman todas estas composiciones de materia tienen, de esta manera, oportunidades de tener experiencias siempre nuevas en formas nuevas. Todos aprenden de todo.
3. Cuando su forma es renovada, todos los organismos (plantas, animales, hombres) reciben una forma de vida similar a la forma anterior, hasta que el desarrollo de su conciencia requiera una forma superior, específicamente diferente, una posibilidad con mayor finalidad para adquirir experiencia aumentada.
4. El hombre renace como hombre (nunca como animal), hasta que ha aprendido todo lo que puede aprender en el reino humano, y ha adquirido todas las cualidades y capacidades requeridas que le permitan continuar su expansión de conciencia en el quinto reino natural. El renacimiento explica tanto las iniquidades aparentes de la vida (dado que en vidas nuevas el individuo tiene que cosechar lo que ha sembrado en vidas anteriores) como el entendimiento latente, innato, y las capacidades autoadquiridas una vez, que existen como predisposiciones. Hace más que eso. Refuta el 99 por ciento de todo lo que el género humano ha aceptado como verdad.
1.32 LOS REINOS NATURALES
1. El desarrollo de la conciencia de las mónadas sucede en una serie de reinos naturales cada vez más elevados: seis dentro del sistema solar y seis en los mundos cósmicos. Los seis reinos que pertenecen al sistema solar son:
el reino mineral
|
49:7 – 49:5
|
el reino vegetal
|
49:7 – 48:7
|
el reino animal
|
49:7 – 47:7
|
el reino humano
|
49:7 – 47:4
|
el reino esencial
|
49:7 – 45:4
|
el reino manifestal,
primer o ínfimo reino divino
|
49:7 – 43
|
2. La conciencia de la mónada es activada en las envolturas. Aprende a captar las vibraciones en las clases moleculares cada vez más altas de estas envolturas, adquiere la experiencia y el conocimiento de los aspectos materia y movimiento que son posibles en estas envolturas, así como la capacidad posible de usar el conocimiento ganado. Como regla, la mónada tarda siete eones en cada uno de los cuatro reinos naturales más bajos.
3. Se sigue de lo que se ha dicho que cada clase de materia tiene su propia clase de conciencia y su propia clase de energía, que cada forma de la naturaleza es un ser vivo con conciencia colectiva y es una envoltura para una mónada en un reino más alto que las otras mónadas en esa envoltura.
1.33 Los tres reinos naturales más bajos
1. La transición de las mónadas desde el reino mineral al vegetal, y desde allí a los reinos animal y humano, es llamada transmigración. Esta no puede ir hacia atrás. La reversión desde un reino natural superior a uno inferior queda absolutamente excluida. La “degeneración” de organismos, además de toda otra materia, no afecta la evolución de las mónadas, sino que es el proceso de disolución de la materia compuesta, como lo es la “radioactividad”. Los metalúrgicos experimentan un fenómeno que llaman la “fatiga” de los metales.
2. En el reino mineral, la conciencia de la mónada empieza a ser activada. En la clase molecular física más baja (49:7), las mónadas aprenden a distinguir diferencias de presión y de temperatura. En este reino, las vibraciones se vuelven lo suficientemente violentas para una captación inicial de interior y exterior. Y así empieza aquel proceso de objetivación de la conciencia que alcanza su perfección en el reino animal. Las mónadas gradualmente aprenden a captar realidades externas. De manera inmensamente lenta a través de los tres reinos inferiores, las mónadas llegan a verse a sí mismas como algo separado de todo lo demás. Para nosotros, que encontramos el contraste entre la conciencia y el mundo externo material obvio, es, desde luego, difícil de captar el trabajo increíble y duro que este proceso ha costado. Lo que los filósofos están intentando hacer es privar al género humano del resultado de este proceso de objetivación.
3. El contrastante proceso continúa en el reino humano, pero ahora como un contraste entre el yo autoconsciente y el mundo externo (incluyendo otros yoes). Este proceso es necesario para que el individuo adquiera confianza en el yo y autodeterminación, cualidades sin las cuales nunca puede adquirir el poder de la libertad. Siempre existe el riesgo, sin embargo, de que la autoafirmación y, por lo tanto, el aislamiento se vuelvan absolutos. Esto puede conducir a la rotura de aquel lazo que lo une a la existencia. Es convirtiéndose en un yo cada vez mayor con todos los otros yoes, que el individuo adquiere la omnisciencia cósmica. El individuo tiene que aprender a superar la autoafirmación a expensas de otra vida y darse cuenta de la necesidad de servir a la vida. Entonces encontrará también que aquí está el único camino hacia la felicidad, la alegría y la beatitud.
4. Para pasar de un reino natural inferior a uno superior, la mónada tiene que aprender a recibir y adaptarse a las vibraciones de clases moleculares cada vez más superiores. Al principio, estas vibraciones cumplen las funciones requeridas de vitalización en las envolturas de las mónadas.
5. La conciencia en el reino mineral se manifiesta gradualmente como tendencia a la repetición, después de experiencias innumerables volviéndose un hábito organizado o naturaleza. El aumento de conciencia resulta en un esfuerzo instintivo a la adaptación.
6. Como las mónadas minerales son absorbidas por las plantas y experimentan el proceso de vitalización en estas, la conciencia mineral aprende a recibir y a adaptarse a vibraciones etéricas (gradualmente superiores desde la 49:7:7 a la 49:4:1), una condición para entrar en el reino vegetal. En este reino la mónada adquiere la capacidad de distinguir entre vibraciones atractivas y repulsivas, y de esta manera, alcanza el contacto con el mundo emocional (48:7). Las mónadas vegetales se desarrollan más rápidamente cuando las plantas son consumidas por los animales y los hombres, y las mónadas vegetales de esta manera están sujetas a las vibraciones fuertes en las envolturas emocionales de animales y hombres. Aprendiendo a percibir estas vibraciones, se vuelven capaces gradualmente de alcanzar niveles superiores en su reino. En los reinos inferiores, la transmigración ocurre casi imperceptiblemente. Entre encarnaciones, las mónadas animales están encerradas en una envoltura común de materia mental. Cuanto más alto ha llegado un animal en la escala de la evolución, menos mónadas entran en su grupo. De este modo billones de moscas forman un alma grupal, millones de ratas una, cientos de miles de gorriones una, miles de lobos una, cientos de ovejas una. Sólo el mono, el elefante, el perro, el caballo y el gato, que pertenecen a almas grupales de muy pocas mónadas, son capaces de causalizar. Cuando un animal superior devora a uno inferior, la mónada del animal inferior entra en el alma grupal del animal superior. Pero este no es el caso cuando los hombres comen animales. La envoltura causal del hombre no es un alma grupal; además, la transmigración a reinos superiores no se efectúa de esta manera, sino que es el resultado de la propia actividad de la conciencia del individuo. Las mónadas animales, así, no pasan a través de un organismo humano, sino que vuelven a su propia alma grupal. En lugar de eso, la evolución es contrarrestada, ya que la carne animal embrutece el organismo humano, la tarea del cual es esforzarse por la “eterización”.
7. Cuando la investigación natural finalmente aprenda sobre hechos relativos a estos temas, descubrirá las causas y los efectos de la activación de la conciencia. Esto se aplica especialmente a aquellos científicos que tienen conciencia etérica objetiva innata, una cosa que se encuentra cada vez más frecuentemente.
8. Los niveles de desarrollo dentro de cada reino aparecen más marcadamente en el reino animal con sus muchas clases, desde la especie animal más baja hasta la más elevada. Las clases son el orden natural de las cosas en todos los reinos. Las clases de la naturaleza indican clases diferentes de edad debidas a los tiempos diferentes de la transmigración de las mónadas.
9. A medida que se alcanza cada reino superior (y también cada nivel superior dentro del mismo reino), aumenta la capacidad de la mónada para ser influenciada por series de vibraciones más y más comprensivas de clases moleculares cada vez más superiores. Hay 49 de estas series dentro de cada clase molecular.
10. Cuando la mónada del reino animal ha sido capaz durante largo tiempo de ser influenciada por vibraciones mentales (47:7) y ha alcanzado así la especie animal más elevada, se le hace posible transmigrar al reino humano.
1.34 El cuarto reino natural
1. Adquiriendo una envoltura causal la mónada transmigra desde el reino animal al reino humano. Es preferible llamar a este proceso “causalización” en lugar de “individualización”, ya que la mónada es un individuo en todos los reinos.
2. La envoltura causal es la envoltura permanente de la mónada humana hasta que la mónada se esencializa y pasa al quinto reino natural. Esta es la envoltura que encarna y al hacerlo se envuelve en cuatro envolturas inferiores que pronto tendrán que disolverse.
3. En la etapa de desarrollo actual del género humano, el hombre activa la conciencia principalmente en sus envolturas emocional y mental.
4. El desarrollo de la conciencia en el reino humano puede ser dividido en cinco etapas principales abarcando un total de 777 niveles de desarrollo. La tabla indicada más abajo muestra qué conciencias moleculares son así activadas.
5.
etapas de |
clases moleculares |
| emocionales | mentales |
barbarie | 48:5-7 | 47:7 |
civilización | 48:4-7 | 47:6,7 |
cultura | 48:3-7 | 47:6,7 |
humanidad | 48:2-7 | 47:4-7 |
idealidad | 48:2-7 | 47:2-7 |
6.
La piedra filosofal por Laurency da un informe más detallado de las etapas diferentes de desarrollo.
7. El número de individuos que se cuentan entre el género humano de nuestro planeta, causalizados aquí o transferidos aquí, ascienden a unos 60 mil millones. Están en los mundos físico, emocional, mental y causal de nuestro planeta, la mayoría de ellos durmiendo en sus envolturas causales —ya que no tienen la posibilidad de tener conciencia causal— esperando una nueva encarnación.
8. La transmigración de estas mónadas desde el reino animal al reino humano sucedió en cinco épocas diferentes, la última hace unos 18 millones de años. Los individuos de las cuatro épocas anteriores fueron transferidos más tarde desde otro planeta. Las envolturas causales de los hombres son, por tanto, de edades ampliamente diversas, lo que explica las etapas diferentes de desarrollo. Quienes han alcanzado la etapa más elevada, tienen unas 150 000 encarnaciones detrás de sí; quienes están en la inferior, unas 30 000. En conexión con esto, uno debería considerar que la capacidad de conciencia es doblada en cada clase molecular superior, de modo que los números de encarnaciones no pueden en sí mismos ser comparados.
9. La declaración occidental de que “dios creó a todos los hombres iguales”, por lo tanto, es un error tan grande como la ficción de los filósofos indios de “todos son dioses”. Dios no puede crear una sola mónada, sólo puede dar a las mónadas la oportunidad de ser introducidas en la manifestación cósmica. Ciertamente, alguna vez todas las mónadas alcanzarán la etapa divina suprema, pero antes de eso tendrán que envolverse hacia abajo hacia el mundo físico y después de eso subir la gradación aparentemente interminable de los niveles de desarrollo desde el reino mineral al reino divino supremo.
10. Debería ser evidente por lo de arriba que los juicios morales de los hombres unos de otros son las críticas de la ignorancia y los veredictos injustificados del odio. Los hombres no son ni buenos ni malos. Están en un cierto nivel de desarrollo y no conocen nada mejor. A esto se le debe añadir los efectos de la ley de destino y de la ley de cosecha. Para comprender esto, es también importante saber que durante los tiempos de agitación, los clanes en las etapas más elevadas no encarnan en gran medida. De aquellos encarnados en la actualidad, más del 85 por ciento están en las dos etapas más bajas. A menos que se les haya dado tareas especiales, encarnan principalmente en aquellos países donde tienen mejores perspectivas de encontrar a otros del mismo nivel. Aquellos en la etapa de humanidad que no han tenido la oportunidad de estudiar el esoterismo se sienten a sí mismos como forasteros, no comprendiendo por qué y se culpan a sí mismos de ello. Esto es, desgraciadamente, la regla. Han sido iniciados una vez y después han permanecido como buscadores tras “la palabra perdida del maestro” (el esoterismo). Tienen el conocimiento como instinto, sin saber su causa, y por tanto están indecisos.
11. En el mundo físico el hombre es un organismo con una envoltura etérica. Tiene dos clases de conciencia física. Las percepciones sensoriales del organismo le permiten captar objetivamente las formas materiales en las tres clases moleculares más bajas. Las vibraciones en las clases moleculares de la envoltura etérica continúan siendo captadas solamente de modo subjetivo por la mayoría de los hombres. Las realidades visibles son las únicas de las que el hombre sabe, y para él son las únicas reales. Considera sus sentimientos y pensamientos sólo como captaciones subjetivas, siendo totalmente ignorante de que cuando él experimenta sentimientos, su atención (la mónada) se mueve a la envoltura mental. No sabe que él es una mónada en una envoltura causal.
12. El individuo en la etapa de la barbarie como sólo un yo físico, sin conciencia emocional y mental notable, pertenece a los niveles más bajos de la etapa de la barbarie. Inmediatamente después de la causalización, es poco más que un animal, a menudo ni siquiera tan inteligente. Su vida en el mundo emocional entre encarnaciones dura muy poco. Pronto cae en un sueño sin sueños en su envoltura causal, siendo incapaz de emplear la conciencia de su envoltura mental. En los niveles superiores de la etapa de la barbarie, su conciencia mental es activada hasta el punto de que es capaz de sacar conclusiones sencillas.
13. Como yo emocional (en las etapas de civilización y de cultura), el individuo está determinado en su pensamiento y acción por motivos emocionales. La etapa emocional es la etapa más difícil del desarrollo. En esta etapa, el hombre debe adquirir él mismo conciencia en las seis clases moleculares de su envoltura emocional y en las dos más bajas de su envoltura mental. A la etapa emocional pertenece casi todo lo que el hombre de hoy considera como civilización y cultura.
14. La etapa emocional está dividida en las dos etapas de civilización y de cultura, cada una de las cuales presenta un gran número de niveles.
15. La conciencia emocional del individuo de civilización rara vez se extiende más allá de las tres o cuatro clases moleculares inferiores, su conciencia mental raramente más allá de las dos más bajas. Con esta capacidad intelectual modesta, intelectualiza sus deseos en emociones tales como existen de ordinario en las regiones inferiores del mundo emocional. Generalmente, son de naturaleza repulsiva.
16. En la etapa de cultura, son activadas las tres clases moleculares superiores de la envoltura emocional. Las vibraciones en el mundo emocional son principalmente atractivas. Una vez que haya alcanzado estas regiones, el individuo puede gradualmente liberarse de la tendencia, adquirida desde hace mucho, a una actitud repulsiva hacia el medio ambiente y hacia sí mismo. Sus sentimientos se vuelven más y más ennoblecidos en cada nivel superior y sustituyen a su receptividad previa a las expresiones incontables de odio de las vibraciones repulsivas. Pues todo lo que no es amor es odio.
17. En los niveles culturales más elevados, el individuo se convierte en místico. En los dominios de la conciencia emocional que ahora ha alcanzado la intelectualidad que había adquirido hasta entonces ya no le sirve. A menudo en estados de éxtasis, experimenta la unidad de la vida, que supera toda inteligencia. Su imaginación, que desarrolla poderosamente, le hace perderse en una infinitud aparente. Su desarrollo emocional es terminado y coronado por una encarnación como santo. En las encarnaciones siguientes, se esfuerza para convertirse en un yo mental.
18. La etapa mental está dividida en las etapas de humanidad y de idealidad (o etapa causal). El humanista activa la conciencia en las cuatro clases moleculares mentales inferiores, el idealista en todas las seis. El humanista es un yo mental, el idealista es un yo causal.
19. La característica que más distingue al humanista es su esfuerzo sostenido por adquirir el sentido común, un requisito para adquirir la intuición causal. No puede ya, como el místico, perderse en lo inefable, sino que exige sobre todo claridad en todo y hechos para todo. Su firme determinación de comprender la realidad y entender la vida a pesar de todo le impulsa siempre a buscar más allá. Los períodos cada vez más largos pasados en el mundo mental entre encarnaciones, tiempo durante el cual él puede desarrollar sus ideas sin ser molestado, reacciona sobre este esfuerzo sostenido suyo. Se vuelve más y más receptivo a las inspiraciones de sus hermanos mayores en el quinto reino natural. Cuando ha llegado a la constatación socrática de que el hombre no puede saber nada que valga la pena conocer, está maduro para recibir el conocimiento esotérico.
20. En la antigüedad, habría entonces escogido ser iniciado en alguna orden secreta de conocimiento. Actualmente, se le da el conocimiento en un sistema mental de los hechos fundamentales de la existencia, que su razón le obliga a aceptar como la única hipótesis de trabajo sostenible. Usando el conocimiento adquirido, es posible para él activar clases de conciencia cada vez más elevadas, hasta que, un día, el mundo de la intuición se abre ante él y él se vuelve capaz de constatar hechos sobre la realidad y la vida por sí mismo, así como estudiar sus encarnaciones previas como hombre.
21. Entonces también ve cuán desesperado es para el hombre con sus insuficientes medios adquirir este conocimiento, cuán casi imposible es para la mayoría de la gente incluso comprenderlo. Partiendo de su propio mezquino sistema de creencias o de pensamiento, se imaginan ser capaces de juzgarlo todo por este. Ve que la vida de conciencia del hombre, aparte de constatar hechos en el mundo visible, está formada por ilusiones emocionales y ficciones mentales. Ve también qué fútil es hacer lo que hizo Platón, insinuar la existencia de un mundo de los ideales. Ahora sabe que esto existe.
22. Como yo causal adquiere conocimiento de las leyes de la vida y la capacidad de hacer uso racional de este conocimiento con determinación enfocada. Ve que los errores de la ignorancia respecto a esas leyes no son crímenes contra la deidad, que todo lo bueno y lo malo con lo que el hombre se encuentra es obra suya.
23. Entra en comunicación con aquellos en reinos superiores y recibe de ellos los otros hechos que necesita, pero que no puede constatar por sí mismo. Gradualmente adquiere las doce cualidades esenciales que hacen posible para él pasar al quinto reino natural. Estas están indicadas en el relato esotérico de los doce trabajos de Hércules, que han sido totalmente distorsionados en la leyenda exotérica.
24. Las cinco envolturas del hombre tienen sus propias conciencias y sus propias tendencias. Aquellas del organismo son heredadas de los padres. Aquellas cualidades y capacidades, etc. que el yo adquiere en sus envolturas emocional y mental tienen sus correspondencias en un grupo de átomos (en sánscrito: skandhas), son preservadas por la envoltura causal y usadas en la reencarnación. Es tarea del yo aprender a dominar sus envolturas, de modo que estén sometidas a su voluntad. No es tarea fácil, dado que las tendencias de las envolturas son el resultado de hábitos de miles de encarnaciones. En la etapa de desarrollo actual del género humano, lo emocional controla a lo físico. El hombre todavía tiene que aprender a controlar lo emocional por lo mental. Y se necesita algo más que buenas intenciones para hacer esto. Puede llevar muchas vidas una vez que uno ha visto la necesidad de hacerlo.
25. Cuando el individuo abandona su gastado organismo con su envoltura etérica, sigue viviendo en su envoltura emocional y, cuando esta se disuelve, en su envoltura mental, y cuando esta también se disuelve, él espera, dormido en su envoltura causal, a renacer en el mundo físico, que es incomparablemente el más importante, ya que es en este mundo que todas las cualidades humanas deben ser adquiridas, y ya que es sólo en este mundo que él tiene posibilidad de liberarse de las ilusiones emocionales y las ficciones mentales. La vida entre encarnaciones es un período de descanso en el cual el hombre no aprende nada nuevo. Cuanto más rápidamente el yo pueda liberarse de sus envolturas de encarnación, más rápidamente se desarrolla.
26. Al mismo tiempo que la envoltura etérica se libera del organismo en el llamado proceso de morir, la envoltura emocional se libera de la envoltura etérica, que permanece cerca del organismo y se disuelve con él.
27. La vida del hombre en el mundo emocional puede aparecer completamente diferente a individuos diferentes, dependiendo de su nivel de desarrollo.
28. Como el mundo físico, el mundo emocional tiene seis regiones cada vez más altas. La mayoría en la actualidad tiene conciencia objetiva desde el principio en aquellas tres regiones que corresponden a las tres inferiores del mundo físico. (La conciencia mental, sin embargo, permanece subjetiva). Los objetos en esas regiones son correspondencias materiales de las formas materiales del mundo físico, lo que a menudo lleva al recién llegado a pensar que continúa viviendo en el mundo físico. Durante este primer período el individuo puede también tratarse con sus amigos en el mundo físico cuando ellos duermen. Sin conocimiento esotérico él cree, como todos los demás, que la región más elevada en este nuevo mundo es “el cielo y su destino final en la eternidad”.
29. La envoltura emocional se disuelve gradualmente: primero su clase molecular más baja, después la que le sigue, etc. Cuando las tres más bajas se han disuelto, no es posible para el individuo contactar con el mundo físico visible. Hay quienes ya en el proceso de muerte física son capaces de liberarse de las tres clases moleculares inferiores de su envoltura emocional.
30. En las tres regiones superiores del mundo emocional, las formas materiales existentes son creaciones imaginativas hechas por los individuos de esas regiones. Debido a que la materia se forma según la más mínima insinuación de la conciencia, los ignorantes no entienden la causa ni son capaces de comprender cómo ha sucedido. Rara vez el individuo aprende algo nuevo mientras está en el mundo emocional; y en el mundo mental, nunca.
31. La duración de la vida de la envoltura emocional puede variar tanto como la del organismo.
32. Cuando la envoltura emocional se ha disuelto, el individuo en su envoltura mental lleva una vida de pensamiento que es absolutamente subjetiva, sin sospechar la imposibilidad de captar la realidad objetiva en ese mundo. Pero la percepción de realidad, beatitud y perfección, omnisciencia y omnipotencia, es absoluta. Todas sus fantasías se convierten en realidades absolutas para él. Todo lo que desea lo tiene allí al instante y todos sus amigos, todos los “grandes” del género humano, están con él, todos igualmente perfectos.
33. La vida independiente de la envoltura mental puede variar desde más o menos un minuto (en el caso del bárbaro) hasta miles de años. Todo depende de cuántas ideas ha recogido el individuo durante la vida física y lo vitales que son. Se dice que Platón tiene material para elaborar durante diez mil años.
34. Cuando se ha disuelto la envoltura mental, el individuo en su envoltura causal se hunde en un sueño sin sueños que durará hasta que llegue el momento del renacimiento y un embrión se haya formado para él en un cuerpo maternal físico. Despierta con deseo de una vida nueva, y forma instintivamente, por medio de su envoltura causal, envolturas nuevas mental y emocional, siendo estas los enlaces necesarios. El niño en crecimiento tendrá la tarea de usar sus cualidades latentes para desarrollar la capacidad de conciencia en ellos.
35. No puede haber vida causal consciente a menos que la intuición de las ideas causales se haya adquirido en la existencia física. (Es, además, en lo físico en que todo debe ser adquirido). La continuidad de conciencia de la mónada, hecha posible mediante la memoria en sus envolturas de encarnación ahora disueltas, se ha perdido. La envoltura causal, sin embargo, retiene la memoria de todas las encarnaciones humanas y de las experiencias que ha tenido, del conocimiento y entendimiento ganados, de las cualidades y de capacidades adquiridas. Todo está allí como rudimentos en encarnaciones nuevas. Cuánto, o mejor, cuán poco de ello será actualizado de nuevo, depende de las oportunidades nuevas del individuo de recordar de nuevo y de desarrollar sus cualidades latentes.
1.35 El quinto reino natural
1. Sólo aquellos individuos que han alcanzado el mundo atómico supremo tienen conocimiento absoluto (cien por ciento) de todo el cosmos y de los tres aspectos (materia, movimiento y conciencia).
2. Igual que los hombres deben obtener conocimiento de mundos superiores de individuos en el quinto reino natural, así estos últimos, a su vez, deben obtener conocimiento de mundos aún superiores y de la existencia en su totalidad de individuos en el sexto reino natural, etc., a través de la serie de reinos cada vez más elevados. Pero todos obtienen sólo aquel conocimiento que necesitan para que entiendan la realidad y se desarrollen más, el cual no pueden adquirir por sí mismos. Todos los individuos en reinos superiores son investigadores en sus propios mundos y tienen que adquirir su propio conocimiento de todas las cosas en ellos, y aprender a aplicar sin fricción el conocimiento de aquellas leyes de la naturaleza y de la vida que son constantes en sus mundos.
3. Esencializándose, el yo causal adquiere una envoltura de materia esencial y, al hacerlo, pasa del cuarto al quinto reino natural.
4. El quinto reino natural consiste tanto en yoes 46 (yoes esenciales) con envolturas y conciencia en el mundo esencial planetario como en yoes 45 con envolturas y conciencia en el mundo supraesencial sistémico solar.
5. La conciencia de la envoltura esencial es conciencia de unidad. El individuo sabe que él es su propio yo con una autoidentidad que nunca será perdida, pero también un yo más grande junto con todas las mónadas en el quinto reino natural y, cuando desea eso, experimenta la conciencia de otros como la suya propia. “La conciencia gota se ha convertido en una con la conciencia océano”. “La unión con dios” es la adquisición por el yo de la conciencia de unidad.
6. En los átomos de todos los mundos inferiores (47–49) hay átomos esenciales que tienen conciencia pasiva, la cual puede ser activada por vibraciones desde fuera (dios inmanente). Es solamente en la etapa emocional superior, que el individuo está suficientemente desarrollado para ser capaz de percibir estas vibraciones en algún momento si es que esto llega a ocurrir.
7. En la orden secreta de conocimiento de los gnósticos, la conciencia 46 era llamada el “hijo” o “Christos”; y la conciencia 43, el “padre” o el “gran carpintero”.
8. El yo 46 es omnisciente en los mundos 46–49. La omnisciencia no significa que el individuo sepa todo sobre todas las cosas, sino que es capaz, cuando necesita serlo, de averiguar todo lo que quiera saber en sus mundos, independientemente del espacio y del tiempo pasado.
9. Sólo la conciencia esencial puede volverse consciente en los átomos físicos, emocionales y mentales. Antes de que ella sea adquirida, la conciencia molecular subatómica es la clase de conciencia más elevada en los diferentes mundos. Una vez que ha adquirido esas clases de conciencia atómica, la mónada puede identificarse con la conciencia total de estos mundos y sus memorias no adulteradas de tiempo pasado.
10. Como yo esencial, el individuo tiene que adquirir por sí mismo, a través de su propia investigación, el conocimiento completo de todas las cosas de importancia en los mundos del hombre (47–49).
11. Las mónadas esenciales forman un ser colectivo propio con conciencia total común.
12. El yo esencial no necesita encarnarse más, dado que ya no tiene nada más que aprender en el reino del hombre. A menudo encarna, sin embargo, para ayudar, por todos los medios y por el contacto personal, a quienes se preparan para entrar en este reino superior. Todo el agradecimiento con el que puede contar es la incomprensión, el abuso y la persecución, especialmente por quienes, con su habitualmente vanidosa sobreestimación de sí mismos, se consideran preparados, pero fallan en las pruebas a las que inconscientemente deben someterse.
13. Cuando el género humano haya llegado a ver su ignorancia casi total de la vida y su incapacidad de solucionar los problemas y guiar el desarrollo, incluso los yoes 45 y aún los avatares superiores estarán listos para encarnar, siempre que su ayuda sea llamada por un porcentaje apreciable del género humano. Hacerlo así antes de eso sería un sacrificio sin significado.
14. La tarea del yo esencial respecto a sí mismo es no sólo reaprender en todos los respectos, sino también gradualmente adquirir conciencia en las seis clases moleculares de su envoltura, en reemplazar las inferiores con las superiores, hasta que la envoltura esté formada exclusivamente de materia atómica esencial. Cuando esto ha sido completado, el individuo empieza un proceso correspondiente de activación y conciencia en el mundo 45 para convertirse en un yo 45.
15. El yo supraesencial está constantemente experimentando de nuevo que la luz de mundos inferiores es la oscuridad de mundos superiores, no sólo literalmente, sino también simbólicamente. En lo que respecta a la conciencia, un yo 45 es para un hombre lo que un hombre es para una planta.
16. En algunos libros esotéricos, la esencialidad es llamada “amor y sabiduría”; y la supraesencialidad, “voluntad”. Estos términos son engañosos, para decir lo mínimo de ellos. La incapacidad de encontrar términos nuevos es notable, considerando que la novedad técnica más mínima puede tener uno propio.
17. Usar la palabra “amor” acerca de la esencialidad y al mismo tiempo decir que un hombre no sabe lo que es amor, no aporta claridad. Pero la confusión de ideas se vuelve tan grande que los hombres están inmediatamente listos a asegurar que el hombre es incapaz de amar. El amor humano es atracción (física, emocional y mental). Desgraciadamente, se puede convertir en repulsión si no es genuino. Para la conciencia esencial no hay ni atracción ni repulsión, sino sólo unidad inseparable con todo, voluntad a la unidad.
18. El término “voluntad”, como se aplica a la supraesencialidad, es igualmente inútil. Como mucho, puede tener su significado filosófico antiguo: la voluntad es la relación entre la conciencia y un propósito. Pero eso es, seguro, una información magra.
19. Un término adecuado para:
conciencia 46 | conciencia mundial |
conciencia 45 | conciencia planetaria |
conciencia 44 | conciencia interplanetaria |
conciencia 43 | conciencia sistémica solar |
20. El yo esencial sabe que la Ley es inquebrantable e inevitablemente justa, que la vida es divina y que todas las mónadas son indestructibles. Sabe que la vida es felicidad y que el sufrimiento existe sólo en las tres clases moleculares inferiores de los mundos físico y emocional (49:5-7; 48:5-7), y en ese caso sólo como cosecha mala después de una siembra mala.
1.36 El sexto reino natural o el primer reino divino
1. El reino divino ínfimo (llamado también el reino manifestal) está constituido por aquellos individuos que han adquirido envolturas y conciencia en los dos mundos sistémicos solares más elevados (43 y 44). Tienen a su disposición las dos conciencias colectivas más elevadas del sistema solar. Son omniscientes en el sistema solar, independiente del espacio en ese globo y de su tiempo pasado. Uno se da cuenta de que han completado su maestría de los aspectos materia y movimiento y de la Ley dentro de los mundos 43–49.
1.37 Los reinos cósmicos
1. Todo lo que sabemos sobre estos seis reinos divinos sucesivamente superiores en los 42 mundos atómicos superiores es que existen, que constituyen una organización cósmica perfecta, que trabaja con precisión infalible según todas las leyes de la naturaleza y las leyes de la vida; es decir, las leyes de la existencia.
2. En el cosmos, el individuo no adquiere ninguna envoltura propia. Asume alguna función elevada y finalmente la más elevada en su mundo con su conciencia colectiva, y se identifica con su mundo como su propia envoltura.
3. Los individuos del segundo reino divino aspiran hacia la omnisciencia en los mundos 36– 42 (sólo ahora “conciencia cósmica”), aquellos del tercer reino divino hacia la omnisciencia en los mundos 29–35, etc.
4. Quienes han alcanzado el mundo supremo, se han liberado de todo envolvimiento en la materia y como mónadas (átomos primordiales) libres han llegado a conocerse a sí mismos como los yoes últimos que siempre han sido. Sus auras son como soles gigantes cósmicos e irradian energía como la fuente de todo poder.
5. Pueden, si quieren, retirarse con un colectivo desde fuera de su cosmos y empezar a construir un cosmos nuevo en el caos infinito de la materia primordial.
1.38 La jerarquía planetaria
1. Los individuos del quinto y sexto reinos naturales constituyen la jerarquía de nuestro planeta, la cual ha adquirido conciencia atómica en los mundos planetarios 46 y 45, así como en los 44 y 43.
2. La jerarquía está dividida en siete departamentos. Cada departamento trabaja con su energía especializada que funciona según la ley de periodicidad sistémica solar.
3. La jerarquía supervisa la evolución en los reinos inferiores, interesándose especialmente por quienes en la etapa de humanidad con determinación enfocada buscan adquirir las doce cualidades esenciales para servir mejor a la vida. Al hacerlo se cualifican para el quinto reino.
1.39 El gobierno planetario
1. En el gobierno planetario pueden entrar individuos que han alcanzado el segundo reino divino. El jefe del gobierno planetario pertenece al tercer reino.
2. Como todos los gobiernos en reinos aún superiores, el gobierno planetario está dividido en tres departamentos principales que administran las tres funciones fundamentales tocante a los aspectos materia, movimiento y conciencia. Tienen la última responsabilidad de que todos los procesos pertenecientes de la naturaleza trabajen con precisión infalible. Vigilan que todos reciban lo que necesitan para el desarrollo de su conciencia y para que se aplique justicia implacable a todo según la ley de siembra y cosecha.
3. En sus contactos con los hombres, los dioses asumen formas ideales humanas, envolturas permanentes de materia atómica física, también para anclar su conciencia física, envolturas que puedan ser fácilmente visibles a todos.
1.40 El gobierno sistémico solar
1. Para entrar en el gobierno sistémico solar, es requerido haber alcanzado el tercer reino divino. Supervisa, desde luego, todo en el sistema solar, recibe instrucciones de gobiernos superiores y da instrucciones a los gobiernos planetarios.
2. También transmite conocimiento recibido respecto al cosmos y a la Ley en la medida en que eso es necesario para la realización de las funciones.
3. La ley de autorrealización es válida en todos los reinos, y todos los individuos tienen que explorar sus mundos por sus medios respectivos, y aprender a aplicar el conocimiento y entendimiento ganados.
1.41 LA LEY
1. La Ley es la suma total de todas las leyes de la naturaleza y de la vida: las relaciones constantes de la materia, del movimiento y de la conciencia, expresión de la naturaleza de la materia primordial y de la fuerza primordial omnipotente, inagotable, eternamente dinámica, actuando ciegamente en las inquebrantables e inevitables relaciones constantes de la naturaleza y de la vida.
2. De esta Ley la ciencia aún no ha explorado más que una fracción infinitesimal.
3. Hay leyes en todo y todo es expresión de la ley. Los dioses mismos están sujetos a la Ley. La omnipotencia es posible sólo a través de la aplicación absolutamente infalible de las leyes en su totalidad.
4. En la materia primordial (el caos de los antiguos), no se manifiestan leyes. Aparecen sólo en conexión con la composición de los átomos en el cosmos.
5. Cuanto más lejos se extienden los límites de la conciencia subjetiva y objetiva, más leyes se descubren. Sólo las mónadas del reino divino más elevado tienen conocimiento de todas las leyes del universo y son capaces de aplicarlas correctamente con precisión infalible.
6. Las leyes de la naturaleza conciernen a la materia y al movimiento; las leyes de la vida conciernen al aspecto conciencia.
7. Las leyes de la vida más importantes para el género humano son las leyes de libertad, de unidad, de desarrollo, del yo (de autorrealización), de destino, de cosecha y de activación.
8. La ley de libertad dice que cada mónada es su propia libertad y su propia ley, que la libertad se gana por la ley, que libertad es el derecho al carácter individual y actividad dentro de los límites del igual derecho para todos. (La curiosidad respecto a la vida de conciencia de otros es un error grave).
9. La ley de la unidad dice que todas las mónadas constituyen una unidad y que cada mónada para la expansión de la conciencia supraindividual debe realizar su unidad con toda vida.
10. La ley de desarrollo dice que todas las mónadas desarrollan su conciencia, que hay fuerzas que actúan de maneras diferentes hacia la meta final de la vida.
11. La ley del yo dice que cada mónada debe adquirir ella misma todas las cualidades y capacidades requeridas para la omnisciencia y omnipotencia, desde el reino humano hacia delante: entendimiento de las leyes y la responsabilidad subsiguiente.
12. La ley de destino indica qué fuerzas influencian al individuo en consideración a experiencias necesarias.
13. La ley de cosecha dice que todo lo bueno y lo malo que hemos iniciado en los pensamientos, sentimientos, palabras y hechos, vuelve a nosotros con el mismo efecto. Toda expresión de conciencia tiene un efecto en respectos múltiples y conlleva una siembra buena o mala que madurará y será cosechada en algún momento.
14. La ley de activación dice que el desarrollo individual es posible sólo a través de actividad de conciencia autoiniciada.
15. Un relato más detallado de las leyes de la vida se da en La piedra filosofal de Laurency. Las más importantes para el individuo son: las ley de libertad, la ley de unidad, la ley del yo y la ley de activación —especialmente las dos primeras—.
16.Las leyes de la vida hacen posible la máxima libertad posible y la justicia infalible para cada uno. Libertad, o poder, es el derecho inalienable, divino, del individuo. Se adquiere a través del conocimiento de la Ley y a través de la aplicación infalible de las leyes. Libertad (poder) y ley son los requisitos mutuos de una con otra. El desarrollo implica actividad con finalidad aplicada de acuerdo con la Ley. De otro modo, el cosmos degeneraría en caos.
17. En mónadas de tendencia básica repulsiva, el desarrollo puede tomar el rumbo erróneo, manifestándose ya en parasitismo en la vida de las plantas y en depredación de la vida animal (y humana). Inconsciente y, aún en mayor medida, consciente usurpación de la libertad divina, inviolable y eternamente inalienable de la mónada, limitada por el derecho igual de toda vida, resulta en la lucha por la existencia y la crueldad de la vida.
18. La vida es alegría, felicidad, beatitud en el mundo mental y todos los mundos superiores. El sufrimiento se halla sólo en las tres regiones inferiores de los mundos físico y emocional.
19. El mal son todos los errores respecto a la Ley, especialmente la tendencia repulsiva (el odio) en todas sus formas innumerables.
20. Todo el bien y el mal que sucede al individuo es obra suya, el resultado de su propia aplicación de su concepción limitada de lo justo y lo injusto. Todos cosechan lo que han sembrado en vidas anteriores y a menudo en la misma vida. No puede suceder nada al individuo que no haya merecido por desafiar la Ley.
21. “La naturaleza dual humana” aparece en el conflicto entre “el yo superior y el yo inferior” del hombre, entre los ideales causales inevitables de la conciencia causal, ideales que el individuo podrá realizar tarde o temprano, y la “personalidad imperfecta” en las envolturas de encarnación (aquellas cualidades que la mónada ha adquirido en las etapas inferiores). Pertenece a la experiencia completa de la vida que el yo finalmente haya tenido todas las cualidades malas y haya cosechado las consecuencias.
22. El hombre aprende, aunque con lentitud increíble, de sus propias experiencias y mediante la cosecha de lo que ha sembrado. El hombre continúa encarnando hasta que ha aprendido todo lo que tiene que aprender y cosechado hasta el último grano lo que ha sembrado. Cuanto más elevada es la etapa de desarrollo que un ser ha alcanzado, mayor es el efecto de sus errores en lo que respecta a la Ley, y mayor es el efecto de la violación que se le ha hecho. La injusticia en cualquier respecto está absolutamente excluida, y hablar de ella es un modo de discurso de la ignorancia y de la envidia.
23. La ignorancia, la anarquía, la arbitrariedad soberana, van juntas. Según el hombre va alcanzando niveles cada vez superiores, ve la necesidad y la finalidad de la ley, intenta obtener conocimiento de las leyes de la naturaleza y de la vida, y también se esfuerza por adquirir la capacidad de aplicar racionalmente lo que sabe. Cuando puede hacer eso, el hombre no es sólo ilustrado, sino también sabio.
24. La ignorancia cree poder ser ilegal, rehusar obtener conocimiento de las leyes de la naturaleza y las leyes de la vida y aplicarlas correctamente. La ley de la naturaleza de causa y efecto, la ley de la vida de siembra y cosecha, gradualmente enseñan al ignorante y al más desafiante a la vida, por medio de experiencias dolorosas innumerables, lo que es racional y necesario. Se debe enseñar al ignorante la inevitabilidad de la ley, y al reacio a no usurpar el derecho igual de todos.
25. Todos los moralistas (“fariseos” de los Evangelios) infringen las leyes de libertad y de unidad con sus violaciones constantes de la inviolabilidad personal del individuo (sus calumnias, actitudes autoritarias, intrusiones dentro de la santidad de la privacidad). El individuo tiene el derecho divino de la vida a ser lo que es, con todos sus defectos, faltas y vicios; pensar, sentir, decir, y hacer como le parece, mientras que no infrinja el igual derecho de otros a esa misma libertad inviolable.
26. En la actual etapa de desarrollo del género humano, falta el entendimiento del derecho del individuo a la integridad absoluta. El modo en que otros llevan su vida no nos importa, y todos los juicios son errores serios. Por lo menos, los llamados esoteristas deberían comprender esto, pero parece que pasará algún tiempo antes de que hayan aprendido a no entrometerse en los asuntos ajenos. Pertenece a la habilidad de callar.
27. Los sistemas legales y sociales humanos serán continuamente cambiados, hasta que el sistema legal último siga las leyes de la vida, el desarrollo y la meta de la vida.